23 de septiembre de 2009

Educando entre tarimas y policías

Cada día, los medios nos bombardean con noticias relacionadas con la actualidad en los centros educativos: abusos, bullying, acoso... Todo ello, siempre regado con morbo, y opinando sobre las posibles soluciones. Cuando todo ello sale a la palestra, los políticos de turno se apuran en dar soluciones: autoridad pública, municipales en los colegios, cámaras de seguridad y un sin fin de medidas "meditadas" en algún despacho, lejano siempre a las aulas y de la realidad educativa.

Los padres, se apuran en ceder responsabilidades a los centros, y cuando desde estos se les solicita para informar sobre sus hijos, las respuestas son dispares, pero en muchos casos se demuestra el desconocimiento total de lo que tienen en su casa:
"Otra cosa lo será, pero mi hijo/a mentiroso/a no es". A partir de tal afirmación, se puede empezar a dialogar, siempre con la base de que entonces, será el docente quien miente, porque "mi hijo nunca una mentira contó". Díficil dar autoridad a un mentiroso.

Con esta base, parece claro que los profesores han de formar a los jovenes en personas. Ya no vale con que en los centros aprendan las tablas de múltiplicar, las normas de ortografía o diferentes teoremas y teorías (que también es necesario). Ahora se trata que los alumnos salgan formados como personas, porque desgraciadamente muchas familias ya han dado por perdido el asunto, y delegan totalmente en las escuelas e institutos.

Con esto sobre la mesa, ya por el año 1990, en la famosa LOGSE que nos trajo la ESO, se establecen una serie de temas transversales, los cuales deberían estar presentes en las diferentes materias impartidas. Formación para la paz, participación activa en la sociedad, respeto a derechos y libertedas... eran algunos de los temas a abordar, siempre desde las matemáticas, lengua, idiomas o conocimiento del medio.

Claramente, eso fue un fracaso, y en la mayoría de los casos todo se reducía a celebrar el día de la paz y la no violencia, día de los derechos humanos, día contra violencia de género... pero sin atreverse a profundizar en ninguno de ellos. Si a esto sumamos el aumento de la información que los niños y adolescentes tragan por internet, y que no son capaces de asimilar, nos encontramos con jovenes que son capaces de creer que si echas un polvo con los ojos cerrados no te quedas embarazada, ¡y vaya que si se quedan! (Luego los padres de chicas de 16 piden ser informados...)

Con la falta de comunicación padres-hijos, el miedo a hablar ciertos temas, el pasar de largo los temas en los institutos, y perseguir a quien lo hace (¡cuánto criticaron a Juanjo en Navia!), parecía casi obligado poner soluciones más allá de los policías en los IES, los candados en las puertas o las tarimas en las escuelas. Y una buena forma, era plantear una asignatura en la que tratar temas como (cito textual RD)

– Reconocimiento de los otros como base de la convivencia. La
amistad.
– Libertad y responsabilidad.
– La convivencia en la familia, el colegio, el barrio, la localidad.
– Convivencia, diálogo y conflicto.
– El derecho y el deber de participar. Los cauces de participación.
– El pluralismo y los valores cívicos en la sociedad democrática.
– La vida en sociedad. Necesidad de las normas para convivir.
– La idea de dignidad humana. Derechos humanos. Derechos de la
infancia.
– La no discriminación por razón de nacimiento, raza, sexo, religión
opinión o cualquier otra condición o circunstancia personal o
social. La igualdad de derechos en el mundo laboral y social.
– Seguridad vial. Las principales señales de tráfico. Normas de comportamiento
de los ciudadanos.




Pero contra esto, se han levantado unos cuantos (con la iglesia a la cabeza) que no están de acuerdo en que se establezcan materias donde se hable de igualdad entre hombres y mujeres, igualdad entre "razas" o religiones, la no discriminación por orientación sexual... y todo ello dotando a los alumnos de habilidades en el diáologo, el debate, eduación sexual o vial; y lo que es peor, hay politicos que les apoyan y aprueban la objeción de conciencia a la Educación para la Ciudadanía (EpC). Otra opción, es pensar que están poniendo en duda el buen hacer de todos los profesionales de la educación, que no serían capaces de abordar una asignatura sin darle carga política y personal. Cosa por otra parte, que llevan haciendo décadas en los centro privados y concertados (tristemente pagados por todos) y contra lo que no se manifiestan.

¿A qué tienen miedo? Quizás a que se hable claro de temas que hasta ahora no se han atrevido a tratar; o lo que es más peligroso, simplemente tiene miedo de que se les enseñe a los jovenes a hablar, a discutir y a opinar.

Contra eso, tarimas y policías.




Ñoren

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Totalmente de acuerdo. Cuidat. Liko

Unknown dijo...

que bueno lo que has escrito.Te das cuenta que si los orientadores tuvieran peso real en las tutorias y materias transversales,sería diferente? y por supuesto que esos orientadores fuesen las que fuesen sus creencias,deberían dejarlas en su casa,para que no interfirieran en educación sexual que es lo que más rompederos de cabaza les da.
Estefania